“Dibújame un cuento” recoge más de 80 obras originales de quince autores

“Dibújame un cuento” recoge más de 80 obras originales de quince autores

La gran ilustradora de libros infantiles, Kveta Packovska, afirma que los primeros museos que visitan los niños son los álbumes ilustrados. Convencidos de la verdad que encierran estas palabras, la exposición “Dibújame un Cuento” reúne quince maravillosos museos cuyas paredes contienen imágenes sorprendentes, hermosas, imaginativas y terribles.

Los ilustradores seleccionados poseen un lenguaje personalísimo que convierte sus creaciones en libros irrepetibles. Con esta muestra podemos contemplar un ámbito muy variado del panorama de la ilustración infantil actual. Cada uno de ellos entiende la narración visual desde ópticas diferentes, aunque todos coinciden en la necesidad de aportar imágenes que enriquezcan la literalidad del texto.

“Dibújame un Cuento” nos permite contemplar las ilustraciones de estos álbumes ilustrados con la intención de descubrir el proceso de trabajo del ilustrador. Sólo así podremos llegar a comprender el desafío de su bella tarea: contarnos los cuentos a través de sus imágenes.

Con más de 80 obras originales de quince autores, las tres áreas de la exposición -Pincel, Miscelánea y Ratón- sugieren las distintas técnicas que se emplean hoy en día en la ilustración: tradicionales, mixtas, y digitales.

Hasta el 19 de agosto se puede visitar la muestra en la Casa Revilla de Valladolid. Un Periodista en el Bolsillo tuvo la oportunidad de asistir a la visita guiada que realizó uno de los comisarios, Rafa Vivas, acompañado además por dos de los ilustradores que participan con su obra en la misma, Emilio Urberuaga y Javier Sáez Castán. A continuación recogemos algunas de las pinceladas que nos dejó esta visita.

Comenzamos con Javier Serrano y su obra “Caperucita Roja”. Rafa nos cuenta que Javier “es de una meticulosidad enorme, que hace que las ilustraciones tengan una riqueza muy difícil de conseguir. Me interesa también la parte narrativa, detalles como el que la sombra del lobo sea la que muerde a Caperucita”.

Seguimos con una ilustradora “prácticamente desconocida”, Cecilia Alfonso Esteves, “una chica joven que se fue a vivir al campo, y sólo trabaja con materiales que va reuniendo, muy influenciada por la cultura japonesa y que es muy simbólica. Su álbum “Buscando el norte” -dice Rafa- tenía que estar aquí”.

Los ilustradores ilustran tal y como son, su forma de dibujar es un continuo autorretrato. En este caso, en el de Javier Zabala, es así. “Javier es de las mejores muestras de un arte expresionista llevado a la literatura infantil”. Aquí conocemos su álbum “El soldadito Salomón”.

Isidro Ferrer y “Una casa para el abuelo”. “Este álbum nos parecía que reunía lo mejor de Isidro, su labor como ilustrador y como escultor, el saber aprovechar todos los materiales que va encontrando en su vida cotidiana. La historia es hermosísima, además de que Isidro saca petróleo de cada historia sencilla”.

Antonio Santos llegó tarde al mundo de la ilustración de libros infantiles, tras su carrera como escultor. Su faceta como escritor es igual o más interesante que la de ilustrador, nos cuenta Rafa Vivas. Tenía en este caso entre manos una joya para ilustrar: “La resurrección del Papagayo”.

Y llegamos a las obras de los dos ilustradores presentes. A Emilio Urberuaga le llegó un encargo muy sabroso, la única historia que escribió para niños Cortázar. En este caso son acrílicos, y el álbum es de una “riqueza pictórica fabulosa”.

Javier Sáez Castán es un autor de álbum total. “Se inventa la historia, el formato, …todo. Las ilustraciones de Javier, desprovistas del álbum, no son apreciadas como son en otros casos. Javier rompe las páginas, hace trucos que, sin el álbum en la mano, no se entienden”.

Continuamos la visita y disfrutamos de la obra de Jesús Gabán, una historia fabulosa sobre “El gato con botas”. Y “el que mejor maneja la témpera en España”, como dice Rafa: Javier Olivares, con “La hormiga viajera”. “Ambos álbumes son fantásticos y muestran cómo la imagen te cuenta otra historia”.

Ahora Rafa nos cuenta que “aquí en Valladolid vive Gustavo Martín, al que se le ocurrió una historia. Qué pasaría si una madre pierde a su bebé y al mismo tiempo una oveja pierde a su corderito. ¿Qué ocurre si se intercambian los bebés por accidente y conviven juntos un tiempo?” Elena Odriozola da vida a esta historia. Trabaja en tinta china, en unos colores de grano muy liso, y con sus espacios en blanco transmite una atmósfera especial.

En la última parte de la exposición, dedicada a personas que trabajan con técnicas digitales, encontramos al mexicano Gabriel Pacheco. “Un autor que ni siquiera dibuja en lápiz, ni siquiera hace bocetos. Todo lo hace con una tableta. Su trabajo es juntar unas texturas con otras y recortarlas”. Su álbum, “El gran viaje”.

Noemí Villamuza sí se atreve a bocetar a lápiz, pero pone el color con el ordenador. “Encender la noche” cuenta con unos bocetos maravillosos.

Pablo Amargo fue el único autor que pidió tener tres álbumes en lugar de uno, porque considera que estos tres no tienen sentido el uno sin el otro. La trilogía de los osos, los perros y las vacas. Nos muestra una técnica que utiliza desde hace tiempo, sobre acetatos utiliza una pintura que se pega en este material, y que luego rasga. “No le interesa tanto el dibujo, la destreza, como la comunicación, la cuestión conceptual”.

Isol, de Argentina, es una mujer que reivindica mucho la condición del ilustrador como autor. En este caso muestra una historia para enseñar a los niños a contar, los números. “En ella encontramos desafíos como explicar el número 6 con los tres mosqueteros”.

Y la muestra finaliza con Pep Montserrat. “Un autor imprescindible. Todo lo que hace es muy singular y nos dejó un álbum que realizó con técnicas de estampación, con un amplio abanico de bocetos que nos servía muy bien para explicar el proceso de su trabajo”.