Desgranando IlustraTour 2013: Los talleres

Desgranando IlustraTour 2013: Los talleres

Como ya hiciéramos el año pasado, llegamos a Valladolid con tiempo para estar presentes el viernes por la mañana en el Museo Patio Herreriano, con un solo objetivo: poder vivir, al menos de refilón, el ambiente de talleres de IlustraTour 2013. Volver a ver esas mesas llenas de color, de papeles, de gente que está viviendo una experiencia muy interesante. Del 1 al 5 de julio allí tuvieron lugar los talleres de Kitty Crowther, Marc Boutavant y Puño.

Subimos a la biblioteca, donde se desarrollaba “El taller de historias” de Kitty Crowther. “Son las historias las que me fascinan siempre en primer lugar y las que me empujan a convertir en imágenes todos esos personajes que me vienen a la cabeza. Me encanta el proceso creativo, el comienzo de la ruta”. Kitty Crowther proponía en este taller una ruta creativa en la que sólo será necesario sacar al descubierto nuestras almas infantiles desde la mente adulta. Dibujar sin juicios. Aceptar la línea, los errores, el “no sé” para dejarse atrapar por el placer, la alegría de contar y dibujar historias.

Con este planteamiento arrancaba este taller en el que estuvo presente, por ejemplo, el ilustrador Adolfo Serra, que nos contaba que “el planteamiento ha sido jugar, sobre todo. Buscar métodos para soltar la mano, soltar la cabeza y soltar las historias. La idea es jugar hasta encontrar un personaje y, a partir de ahí, seguirlo hasta ver dónde nos lleva”.

“Hemos hecho ejercicios para relajarnos, haciendo retratos de los compañeros, utilizando dos colores, usando las dos manos… -nos cuenta otra tallerista de Kitty, Natascha Rosenberg-. Ha sido muy interesante la gama de colores, hemos hecho una gama como un pequeño puzzle, cada color tenía una letra, y sólo podíamos utilizar los colores que se correspondían con nuestro nombre para crear un personaje. Y luego teníamos que pensar en una frase para esta semana, así teníamos algunos colores más, y con ellos debíamos encontrar otro personaje que nos acompañara. Una vez encontrados los personajes, teníamos que desarrollar una historia. Nos pidió que dibujáramos las líneas de nuestra mano. Ella decía que era para cambiar nuestra manera de mirar las cosas. Incluyendo a los personajes en ese mundo extraño que eran las líneas… Ha sido muy interesante”.

“Me ha sorprendido que es una persona muy cercana -asegura Adolfo-. Se vuelca mucho con cada alumno. Intenta encontrar su historia, orientarle, pero también dejarle hueco para que cada uno encuentre su sitio. Ha sido muy cercana y con muy buen rollo”.

A Natascha le gusta “cómo habla de su trabajo. Nos ha explicado alguno de sus libros y, nada está al azar en esos libros. Todo elemento tiene su sentido. Claro, cuando te lo explica la autora, lo puedes ver. Y me gustaba cómo contaba de dónde salían sus historias”.

Abajo, en uno de los laterales del claustro, el taller de Marc Boutavant: “Un mundo sobre el papel”. Este taller proponía una mezcla de lo más estimulante: aventuras y libros de viaje. Al igual que la literatura de viajes tiene sus propios códigos, la creación de una historia de viajes ilustrada requiere de una dimensión diferente de la narrativa, de la secuencia y de la definición del itinerario vital y espacial de los personajes. Es en este territorio, conectado con los cuadernos de bitácora, las películas de aventura y el viajero interior, en el que Marc Boutavant desarrolla el trabajo a lo largo del taller”.

De primeras nos quedamos con las camisas de flores de Marc Boutavant, no creo que sea fácil olvidarlas, después, con lo que nos contaron sus alumnos del taller, ah, y tampoco olvidaremos el baile que se marcó al inicio de su conferencia en las Jornadas “En otros charcos”.

Blanca Helga nos cuenta que “el planteamiento era hacer un libro de viajes. Nos dio como una especie de periódico en blanco. Un conjunto de hojas para que nos soltáramos a dibujar. Empezamos a partir de manchas generando personajes, que han ido andando por ambientes que él nos iba sugiriendo. El objetivo yo creo que era experimentar, porque tampoco salía una historia coherente”.

“Marc nos pidió que a partir de manchas realizadas por algún compañero, creáramos personajes simples -nos dice Yael Frankel-. Una vez que los tuvimos, nos fue dando indicaciones: 1. Ese personaje está llegando a un bosque. 2. Se adentra en el bosque. 3. Sigue caminando hasta llegar a su casa (no tenía que ser una casa típica, sino una especial creada para ese personaje) y antes, pasa por una pradera. 4. Escena de interior de la casa con incorporación de un nuevo personaje (esta vez creado a partir de la foto real de un animal y sintético). 5. Este nuevo personaje provocará que la escena tenga algo de fuego. 5. Escena de lluvia. 6. Como dijo Marc “happy end” y por último, la cubierta y el título de la historia”.

“Es un tío muy divertido. Me ha sorprendido lo juguetón que es”, dice Blanca. Para Yael, “fue genial en varios sentidos: Marc nos trajo papel de periódico para que trabajáramos, con 2 objetivos: 1: que no nos intimidara el blanco del papel de una libreta y 2: que trabajáramos con la libertad que da un papel de boceto, sin miedo a equivocarnos y muy relajados. Por otra parte, lo destacable del taller fue su predisposición y su generosidad con nosotros. Su análisis de cada uno de nuestros trabajos, su dedicación, su buen humor, sus ganas a responder todas nuestras preguntas. Si tuviera que responder cómo me sentí durante los días del taller, rápidamente encuentro la palabra: feliz”.

En el pasillo opuesto, el tercer taller de la semana: El “Pim, pam, pum” de Puño. El planteamiento inicial: cómo idear, realizar y publicar un librito en cinco días de verano. Con este taller aprenderemos a generar ideas, a huir de la presión realizando proyectos pequeños en plazos pequeños, a autoeditar desde la idea hasta la maquetación, impresión y encuadernación. Si quieres producir, este es tu taller. ¡Conseguirás salir con tu libro debajo del brazo! Y todo esto con cambios de escenario y descansos abundantes.

“La idea era idear, realizar y producir, en definitiva, publicar un pequeño librito en cinco días, un fanzine, con la idea de no generar un nuevo foco de presión, sino abrir un agujerito para liberar la presión de los proyectos largos, en los que se tarda en ver los resultados -nos contaba Puño-. Era un poco eso, aprender dinámicas de creación de ideas, estimulación creativa, cómo recolectar de todos esos juegos. Aprender a trabajar muy rápido para, en cinco días, tener un proyecto terminado y aliviar presiones”.

Sus alumnos nos han hablado de sus salidas a la calle a buscar ideas, de sus ejercicios y sus juegos. “Creo que es muy importante oxigenar y cambiar de ambientes -afirma Puño-. Siempre experimento con estos métodos, y en este taller ha salido muy bien. Han obtenido ideas de los juegos propuestos y de las salidas, y estoy muy contento”.

Y muy contento se puso también cuando abrió el regalo que le habían preparado sus alumnos. Cada uno de ellos le había hecho un retrato. Aquí hay algunos ejemplos…

Y, como colofón, un paseo para disfrutar en la biblioteca de los trabajos de todos los participantes en estos tres talleres. Una especie de exposición en la que poder apreciar los resultados. Podéis disfrutar, como lo hicimos nosotros, con las imágenes que colgamos en nuestro perfil en Pinterest.