Una novela gráfica editada por la Editorial Narval con el objetivo de desarrollar la conciencia ecológica de los lectores. La protagonista, una preadolescente a la que se le cae por accidente una botella de plástico al agua, iniciará una aventura a través del río con el objetivo de recuperarla y que no llegue al mar. Charlamos en las siguientes líneas con Daniel Piqueras Fisk sobre su trabajo en este nuevo libro.
¿Cómo nace este proyecto? Daniel Piqueras Fisk: “Las ideas surgen casi sin querer. Por deformación profesional uno tiene una alerta “inconsciente” que salta cuando ves u ocurre algo que puede ser interesante para contar. Si esa idea se queda dando vueltas en mi cabeza durante unos días me planteo dibujarla y, si me engancha, tiro para delante. Si no me come la cabeza la descarto. Precisamente es lo que pasó con “A lomos de caballo”. Hace dos veranos hubo un click, una situación parecida a la que cuento, y así empezó todo”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? ¿Qué nos cuentas en este libro? “Sobre todo encontrarán acción y velocidad. “A lomos de caballo” es un fogonazo, una carrera, un rescate, una historia casi contada en tiempo real. También pretendo mostrar cómo dentro de la cabeza de una preadolescente (donde ya empiezan a florecer la rebeldía, el aburrimiento y la bordería) hay principios muy nobles, que salen en situaciones como la que cuento. Creo que, erróneamente, tendemos a creer que las generaciones que nos siguen andan escasos de ideales o compromisos”. ¿El mensaje general? Prefiero que cada uno lo extraiga de su experiencia con el libro”.
No sé si has tenido la oportunidad de experimentar qué se siente “a lomos de caballo”… “Lo máximo que me he acercado a un caballo ha sido para darle una zanahoria”, nos confiesa Daniel Piqueras Fisk.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? “Procuro que cada libro sea distinto a los demás, en formato, colores y forma de narrar, siempre manteniendo el estilo gráfico y de narración que caracteriza mis historias. En esta ocasión el dibujo es más grande, el movimiento es el reto y el rojo es la primera vez que lo empleo como color principal”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Rotulador y aplicación digital del color. Utilizo el lápiz lo menos posible para que el dibujo con el rotulador sea más arriesgado, directo y espontáneo -asegura Daniel Piqueras Fisk-. A veces han definido mi trazo como “desgarbado”…puede ser. Pero añadiría “desgarbado y limpio”.
¿Qué importancia dirías que tiene el uso del color en tu trabajo? “Es otro protagonista de las historias. Es tan importante como los personajes, como el blanco y negro. En cada libro el uso del color es clave y tiene su motivo. Solo meto color si está justificado, sino blanco y negro es la esencia. GLUP es azul, HOMO es fuego, ÍO es amarillo y rosa y A LOMOS DE CABALLO es rojo y verde”.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “No soy un autor rápido. Sí que dibujo rápido, pero soy muy meticuloso y maniático con el guión, los encuadres de los dibujos y las sensaciones que intento transmitir, lo que alarga el proceso. Tardo tiempo en terminar una historia, entre otras cosas, porque los dibujos van evolucionando y mejorando en cada intento. Los personajes y entornos del final son mejores que los del principio, así que los tengo que rehacer. Luego hay viñetas a las que cojo manía y las rehago, aquellas poco conseguidas las rehago, elimino y añado dibujos y voy cambiando el guion sobre la marcha. Eso me pasa porque no tengo la paciencia de hacer un guión previo y me lanzo a la historia sin saber bien donde me llevará -continúa Daniel Piqueras Fisk-. Acepto que es parte del proceso. Antes dudaba si era la forma correcta de afrontar un cómic pero ahora acepto que es parte del resultado final, que no sería el mismo sin ese toque de desorganización”.
¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “No sé, quizá a dibujar mejor la acción, el movimiento. Todo nuevo libro es un aprendizaje y en “A lomos de caballo” dibujar el movimiento de un caballo salvaje desbocado ha sido muy interesante”.
¿En qué estás trabajando ahora? “Estoy a punto de empezar una nueva historia. Barajo varias ideas, lo que es todo un problema. Debo tener en cuenta que lo que empiece a dibujar ahora me acompañará durante el próximo año y pico, como poco y casi en exclusiva. Así que la idea me tiene que apetecer mucho para no terminar cansándome a los 6 meses. Sin embargo, es inevitable llegar a ese punto de tener unas ganas locas de terminar. A veces el último dibujo me ha costado horrores, como los últimos metros de un maratón, en que ya no puedes más. Durante el confinamiento, a modo de terapia (otros hacen yoga), dibujé una historia cortita, de 32 páginas, sobre un perro llamado BURRUS que no tiene del todo claro que es un perro. Busca casa pero imagino que con esto del COVID tardará en encontrar familia que quiera publicarlo”.