Cristina Spanò y “Habitaciones íntimas”: “Me fascinaba mucho la idea de ver la casa como la vida de una persona. No sólo como un lugar físico, sino también como un espacio conectado con nosotros a nivel sentimental”

Cristina Spanò y “Habitaciones íntimas”: “Me fascinaba mucho la idea de ver la casa como la vida de una persona. No sólo como un lugar físico, sino también como un espacio conectado con nosotros a nivel sentimental”

“Habitaciones íntimas” es la historia de una chica italiana, Camilla, pero también es la historia de su familia y de la casa en la que viven. Camilla es indecisa y un poco acomplejada. Su padre es obrero y su madre, de nacionalidad argelina inmigrada en Italia, trabaja como mujer de la limpieza. Camilla crecerá en este contexto familiar próspero, envuelta de una crisis económica muy fuerte, con altas tasas de paro, despidos y fábricas que cierran, pero a pesar de la poca educación de sus padres, comprende la realidad de la vida, que todo pasa y vuelve a ocurrir.

El libro explica su vida, desde los 7 hasta los 35 años. Cada capítulo es un recuerdo que guarda de esa casa, un trocito de su historia. La casa deja de ser un espacio físico para convertirse en una mezcla de sentimientos y recuerdos. Gracias a todos estos fragmentos íntimos, el lector reconstruye algunos pedacitos de la vida de esta chica, y la observa. Puede verla fumando un cigarrillo con un amigo, a escondidas de sus padres, descubriendo el amor y la muerte o partiendo al extranjero en busca de trabajo. Cada capítulo es una habitación en un momento de su vida, un recuerdo cristalizado.

Editada por Bang Ediciones, Cristina Spanò está detrás de esta historia y de estas viñetas, de estas ilustraciones. Con ella hemos querido indagar un poco más, meternos en esas habitaciones, en definitiva, entrar en esas habitaciones con la mejor guía posible.

¿Cómo surge la idea de este proyecto? “Me fascinaba mucho la idea de ver la casa como la vida de una persona. No sólo como lugar físico, sino como un espacio conectado con nosotros a nivel sentimental. Como cuando se usa la expresión “me siento como en casa”, con esto identificamos algo más que un lugar en concreto. Empezando desde esto, salió como espontáneo dividir los capítulos por habitaciones y hablar de lo cotidiano”.

Es tu primer cómic, según hemos leído, ¿cómo ha sido la experiencia? ¿Muy distinta a otros proyectos? “Me gustó mucho hacer este cómic, aunque fue muy complicado para mí. No estoy acostumbrada de hacer un cómic tan largo y es complicado mantenerte constante en relación a ello. Lo que quiero decir es que durante el proceso, a lo largo de un año, una persona cambia, y cambia también la idea que tenías del proyecto, y al final es como si no te pertenece más, coge vida propia. Tengo la sensación de no tener más control sobre ello, y ¡no se si es positivo!

¿Qué querías contar con esta historia (o historias)? “Quería contar la vida del día a día, hecha de pequeños (aunque en realidad grandes) descubrimientos. Estos descubrimientos, que en realidad son casi los mismos en cada uno (generalizando claramente), pasan por tu vida a veces desapercibidos, por esto me gustaba fijarme en ellos”.

Todas las habitaciones de este libro son íntimas, pero algunas lo son más que otras, ¿no? “No creo que haya cosas más íntimas. Al final lo íntimo es algo simplemente privado, más escondido, puede ser cualquier cosa”.

¿Con cual te quedas? “A lo mejor con el primer capítulo”.

¿Hay algo de autobiográfico en este cómic? “Muy poco, hay más de otra gente y de la imaginación”.

¿Encontraríamos esas habitaciones en alguna ciudad concreta? “Con la memoria pienso en Roma, pero en realidad, ningún lugar concreto”.

¿Con qué técnica trabajas los dibujos? “Tinta negra y Photoshop”.

¿Cómo fue el proceso de elaboración del libro? ¿Qué pasos sigues desde la página en blanco hasta que ésta está finalizada? “Empecé con hacer un storyboard, hasta mitad del primer capítulo. Luego hago un esbozo de la página, para saber cuanto ocuparan las viñetas, el ritmo que le quiero dar, etc. Luego, como soy muy impaciente, tengo que probar a hacerlo definitivo, “o casi”, así que empiezo a dibujarlo ya en un cartulina din A4, luego le pongo la tinta y luego lo coloreo. Durante este proceso algunas cosas del esbozo se cambian. Así he seguido por todo el libro, hago el story hasta que no me bloqueo, y sigo como dije antes. Poco a poco lo voy imprimiendo en pequeño, para ver si fluye bien. Al final lo miro otra vez, y cambio cosas que no me gustan. Me ayudó mucho dividir el libro en capítulos, saber qué pasaba en cada sección más o menos, y que sensación le quería dar”.

¿Habrá algún día otro cómic de Cristina Spanò? “Espero que sí, ¡aunque no se cuando!”