Cristina Durán y Miguel Ángel Giner nos hablan de su última novela gráfica “La máquina de Efrén”

Cristina Durán y Miguel Ángel Giner nos hablan de su última novela gráfica “La máquina de Efrén”

La máquina de Efrén”, editado por ‘Sins Entido‘, y obra de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner (que también son sus protagonistas) es la historia de un viaje. Un viaje emocionante en el que sus protagonistas, Cristina, Miguel Ángel y Laia, conocerán al nuevo miembro de la familia. Es el relato autobiográfico de un largo proceso de adopción. Desde la primera solicitud hasta el encuentro.

Nosotros hemos querido que sus autores y protagonistas nos hablaran de este proyecto, y hemos charlado vía e-mail, con Miguel Ángel y Cristina. El primero nos cuenta que “La máquina de Efrén” es “nuestra segunda novela gráfica, segunda parte de ‘Una posibilidad entre mil‘, aunque se puede leer de forma independiente. En cuanto a qué es exactamente ‘la máquina’ preferimos que el lector lo averigüe al leer el libro. Pensamos que es mejor no desvelar algunas cosas… pero como avance, os diremos que forma parte del hilo conductor de la historia”.

Miguel Ángel: “Seguimos la historia donde se quedó. Seguimos la evolución de Laia (el colegio especial, los médicos y fisios,… ). Así que son los mismos personajes, por un lado en la misma situación y, por otro lado, en una nueva situación como es la adopción internacional”.

¿Es una ventaja o una desventaja escribir y dibujar sobre experiencias personales? Miguel Ángel: “Bueno, tiene cosas buenas y cosas malas. El principal problema es solucionar el pudor, la vergüenza que produce mostrarte abiertamente ante el lector, aunque esto se soluciona cuando piensas en ellos como personajes y no como ‘nosotros’. La buena es que no tienes que ir pensando cual es el mejor final para tal escena o para el libro en general. No lo tienes que pensar porque ha pasado y sólo tienes que transcribir la realidad.”

Cristina: “Una de las ventajas es que en algunos momentos (los difíciles) supone un desahogo poder hablar de ciertos temas. Sacar fuera las preocupaciones, las dudas y los temores tiene siempre un efecto liberador. Otra ventaja es que te permite revivir también los momentos buenos. El hecho de recordar minuciosamente el viaje a Etiopía, viendo vídeos, fotos, los cuadernos de apuntes, escuchando música africana, tomando café etíope… incluso recurriendo a la propia memoria, te permite revivir los momentos buenos con gran intensidad”.

¿Como son las ilustraciones de este nuevo cómic? ¿Siguen la línea de otros realizados por vosotros? Miguel Ángel: “Siguen la línea del libro anterior. Al ser una continuación era preciso seguir con el mismo estilo, eso sí, algo evolucionado. A medida que se va dibujando, se van definiendo cada vez los personajes y el estilo adquiere más soltura. Respecto a los colores, este libro empieza igual que el anterior, pero a partir del momento en el que llegamos a África el bitono es diferente. Ya no es ese verde-azulado que aludía el verde hospital de la primera historia, se convierte, por necesidades narrativas, en un ocre-tierra que evoca la luz y colores africanos”.

¿Con qué técnica trabajáis? Miguel Ángel: “Pues la parte de dibujo y entintado, la clásica. Lápices, tinta china,… Y la parte de color con Photoshop. Y no, no hay ‘illustrator’ para hacer la línea. Está toda hecha minuciosamente a mano.

Cristina: “La verdad es que cada vez soy más partidaria de las nuevas tecnologías como herramienta. Pero hay ciertas cosas que todavía prefiero hacer a mano. El placer de dibujar con lápiz sobre papel es algo a lo que no creo que renuncie nunca. Y la parte que más disfruto del proceso es la del entintado con el pincel y los rotuladores calibrados”.

¿Cómo es el proceso de elaboración “a cuatro manos”? ¿Quién hace qué? Miguel Ángel: “Principalmente el guión y el arte final (el color y las luces) son míos, y el dibujo es de Cristina. Pero al final está todo muy entremezclado. Hemos hablado y consensuado todo el guión y hay páginas escritas enteramente por Cristina que yo he encajado después en la narración. Al mismo tiempo yo he participado en la planificación de las escenas e incluso en algún boceto. Es un trabajo totalmente de conjunto”.

¿Es esto lo que se muestra en la exposición? ¿Qué es lo que se expone? Cristina: “Si, en la exposición hacemos un recorrido por el proceso de trabajo. Se ve la parte de pre-producción (plot, storyboard) que son las páginas que muestran la planificación de las páginas a partir del guión ya escrito. Y también se muestra una selección de páginas originales enteras con el boceto a lápiz, páginas originales entintadas y algunas con el resultado final a color”.

¿Qué dicen vuestros hijos al verse reflejados en los dibujos de sus padres? Cristina: “Bueno, Laia no habla, y no sabemos hasta qué punto comprende cuál es la dimensión del libro, pero sí que se reconoce a ella misma, a nosotros, a los ‘iaios’, etc. Sabe quien es quien y que el libro habla de todos nosotros. Y Selam, cuando al principio llegamos de Etiopía y le enseñamos el libro de Laia, al poco tiempo, cuando ya chapurreaba el castellano nos dijo ‘¿Y mi libro? ¿Dónde está?’ … así que menos mal que ya lo habíamos empezado. Durante todo el proceso nos pedía que le fuéramos enseñando los dibujos y cuando, un año después lo vio acabado e impreso, lo cogió y abrió con mucha emoción. Ahora va diciendo por ahí que ‘es mi libro’ y se emociona cada vez que alguien le dice que ha leído su historia. Para cuando sea mayor, tener todo ese proceso en un libro y poder leerlo será para ella, esperamos, muy bonito. Para los niños adoptados es muy importante conocer su historia, necesitan tener claro de dónde vienen”.

¿Es difícil dibujarse a uno mismo? Cristina: “Lo más difícil es encontrar el tono, el estilo adecuado. Una vez solucionado eso, es también complicado conseguir las expresiones para transmitir emociones y pensamientos. Y por supuesto, que el dibujo consiga recordarte a la persona en concreto, que aunque no sea un retrato realista, al menos tenga ‘un aire’ que te recuerde a esa persona. En esta ocasión, ha habido una viñeta en concreto que me ha costado muchísimo más que las demás. Es la primera imagen que aparece de Selam (cuando nos dan la foto). Llegué a entintarla hasta seis veces hasta que me salió la expresión que quería. Para mi era muy importante que el lector tuviera la misma sensación que yo cuando vi la foto. Quería que vieran su expresión como yo la vi”.

¿Es fácil conseguir editar un cómic? ¿Cómo está el mercado en este sentido aquí en España? Miguel Ángel: “Editar, si el producto es de una cierta calidad, no es fácil, pero tampoco es extremadamente difícil. Lo que es difícil (e imposible) es vivir de ello. Lo tienes que compaginar con la ilustración, la animación o el diseño gráfico, algo que te vaya pagando las facturas. Y si tienes suerte y tu trabajo pega fuerte y consigues vender al extranjero y re-editar, a partir de la tercera edición puedes decir que empiezas a recuperar el tiempo invertido. Y el mercado, pues poco a poco va mejorando (es el único sector, dentro del sector del libro, que creció el año pasado a pesar de la crisis). Pensamos que la novela gráfica, el cómic o el tebeo, como queramos llamarlo, está en un buen momento. Por otro lado, si puedes publicar en Francia o Bélgica o Estados Unidos primero, que suelen pagar un adelanto para que puedas dedicarte en exclusiva a ello, sí puedes incluso vivir de ello. Es el caso de series exitosas o de los que hacen superhéroes para Marvel o DC o similar.

Cristina: “A pesar del poco rendimiento económico, es una gran satisfacción poder publicar una obra personal y que llegue a los lectores. Sobre todo si tu ilusión desde siempre ha sido hacer cómics, como es nuestro caso, ya que ambos estudiamos Bellas Artes por esta razón. Además, te da a conocer y esto repercute en nuevos trabajos que van llegando. También se abre un nuevo camino, te llaman de más sitios, das conferencias, talleres etc….y toda esa parte de contacto directo con el público es también muy interesante y la disfrutamos mucho”.

La exposición sobre “La máquina de Efrén” puede visitarse en Fnac Triangle (Barcelona), del 30 de noviembre al 20 de enero de 2013, en Fnac Plaza España (Zaragoza) del 11 de febrero al 27 de marzo de 2013, y en Fnac San Agustín (Valencia), del 16 de abril al 3 de junio de 2013.