Chris Sheban nos habla de sus ilustraciones para “El libro que se sentía solo”: “Nunca me gustó mirar fijamente una hoja de papel en blanco, ¡todavía me pone nervioso! Una vez que algo de tono o color se establece, puedo seguir adelante con ella”

Chris Sheban nos habla de sus ilustraciones para “El libro que se sentía solo”: “Nunca me gustó mirar fijamente una hoja de papel en blanco, ¡todavía me pone nervioso! Una vez que algo de tono o color se establece, puedo seguir adelante con ella”

El libro se sentía feliz cuando lo leían, y a menudo algún niño se lo llevaba a casa. Pero el libro fue envejeciendo y ya casi nadie lo sacaba del estante de la biblioteca. Hasta que un día, una niña encontró el libro solitario y empezó a leer aquellas páginas gastadas…

Así nos presenta Editorial Juventud “El libro que se sentía solo”, una historia de Kate Bernheimer, ilustrado por Chris Sheban. Con éste último hemos hablado sobre sus ilustraciones para este proyecto. “Contactó conmigo Lee Wade, de Schwartz & Wade, un sello de Random House. Me dijo que tenía un manuscrito que le gustaría que leyera -nos cuenta Chris-. Analizando la historia por primera vez, para mí es importante ver las imágenes en mi cabeza cuando lo estoy leyendo. Sé que tengo problemas si después de unas pocas lecturas, no me vienen a la mente algunas imágenes. Esto no pasó en este caso”.

“El libro que se sentía solo es la historia de un libro que se ha convertido en viejo y desgastado. Después, una joven lo descubre en la biblioteca y se enamora de este libro. Cuando la muchacha se olvida de renovar el libro, éste termina en el sótano de la biblioteca; pero con el tiempo se vuelve a reunir con la niña”.

“Es obvia la importancia de seguir la narrativa de la historia, pero también me gusta explorar alrededor del texto. Si la historia describe algo perfectamente bien, entonces tal vez sería más interesante mostrar otra cara de la escena. Esta historia tiene lugar durante un largo período de tiempo. El director de arte pensó que podría funcionar bien que las primeras imágenes en el libro fueran un poco más suaves en color”.

“La técnica consiste en dar un baño bastante oscuro, o un número de baños sobre papel de acuarela; a continuación, sobre esa base oscura dibujo con lápices de Prismacolor. La rugosidad del papel crea el granulado, esa superficie rugosa. Luego vuelvo con la acuarela en etapas posteriores para oscurecer áreas o añadir más color. Así que es un poco de trabajo a la inversa – de la oscuridad a la luz. Nunca me gustó mirar fijamente una hoja de papel en blanco, ¡todavía me pone nervioso! Una vez que algo de tono o color se establece, puedo seguir adelante con ella, y no ser tan reacio a empezar. El objetivo siempre es mantener la frescura del boceto a color, que siempre lo hago de antemano. No estoy seguro de que haya logrado eso en realidad. Voy a seguir intentándolo, sin embargo”.

“Actualmente no estoy trabajando en libros ilustrados. La mayor parte de mi trabajo es la ilustración de cubiertas de libros. Recientemente he estado garabateando en cuadernos de dibujo, algo que siempre he querido hacer. Es liberador ser un poco desordenado, y experimentar con cosas que no obtendría normalmente con el trabajo de ilustración”.