Se abre el telón. Ante tus ojos, un nuevo día, un nuevo decorado aparece lleno de luz: el mar, los barcos, la delgada línea del horizonte, un acantilado y un faro. Y si miras con atención, verás a la pequeña niña que vive en él, la farera. Se cierra el telón. Cuando el manto de la noche cubre el sol, todo este decorado luminoso se transforma, la oscuridad lo invade todo y solo se escuchan los sonidos de la noche. Es entonces cuando un miedo terrible invade a la farera. ¿Cómo se enfrentará la pequeña a esas sensaciones que tanto la asustan y la paralizan? ¿Podrá detener algo que inevitablemente sucede día tras día en su pequeño mundo sin que pueda hacer nada para evitarlo?
Así nos expone Esdrújula Ediciones los argumentos iniciales de ‘La Farera‘, una historia de Nuria Garrocho ilustrada por Andrea García. Con ésta última hemos charlado un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo nació este proyecto? “El proyecto surgió una noche de verano de cañas en un bar del Realejo. Gracias a mi amigo y diseñador Alfonso Perroraro conocí a Mariana de Esdrújula Ediciones. Ella me habló sobre el proyecto, me introdujo en la historia de la pequeña Farera y me dijo que varias ilustradoras habían hecho una prueba pero que ninguna había conseguido darle el enfoque al personaje que la escritora imaginaba, así que me propuso que hiciera una propuesta. A los pocos días recibí el último borrador de la historia, la leí con detenimiento y creé el que sería el primer boceto de la Farera. A los pocos días recibí respuesta de la editora y la escritora, a ambas les había gustado mucho y se decidieron a que yo ilustrara esta bonita historia”.
¿Qué nos vamos a encontrar en este libro? “Cuando abrimos el libro nos encontramos un cuento ameno lleno de ternura y esperanza, en el que una pequeña niña nos invita día tras día a superar nuestros miedos, aquellos que nos paralizan y que hacen que nos perdamos grandes cosas de la vida”.
¿Qué te pareció la historia la primera vez que la leíste? “Me pareció un cuento ameno con un mensaje profundo, que tiene como objetivo que los más pequeños se sientan identificados, cada cual con su temor, y rompan con esa barrera. En el caso de la farera su miedo es la oscuridad, pero cada niño tiene el suyo propio y si nuestro personaje acaba superándolo y viendo el lado positivo ¿Por qué los demás niños no?”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? “Es el primer libro que ilustro por lo que tiene sus ventajas y desventajas. En este caso yo soy diseñadora, entonces me guío mucho por las necesidades del proyecto, el público al que se dirige, etc… no es que yo tenga un solo estilo de dibujo propio y sea ese estilo el que plasmo siempre, sino que he intentado mimetizarme con el proyecto en su totalidad. Creo que en este caso mis ilustraciones tienen como característica diferencial el uso de las texturas y el color, las perspectivas forzadas y los personajes de grandes ojos”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Comenzaba haciendo un boceto muy rápido a lápiz, sin detalles, simplemente para hacerme una idea de la composición de la escena, casi con formas básicas. Después me ponía en mi ordenador con el programa Photoshop y hacía la ilustración digital con mi tableta gráfica. Comenzaba a dibujar con pinceles planos de atrás hacia adelante, con capas de color sólido e iba añadiendo los detalles en capas más superficiales. Finalmente añadía las texturas y buscaba efectos. Al final cada ilustración podía tener 60 capas de matices”.
¿Cómo fue el proceso de elaboración del libro? “El proceso de elaboración del libro ha ido principalmente de la mano de la autora, Nuria Garrocho, y de la mía. Ella me mandaba referencias que tenía en mente y yo hacía mi propuesta, en base a ella la revisábamos y realizábamos cambios. Así con cada una de las ilustraciones, algunas atinaban a la primera y otras requerían de más testeo y cambio”.
¿Qué ha sido lo más difícil? “Lo más difícil fue dar con el personaje, con la farera definitiva. Digamos que la imagen es fruto de una combinación entre las ideas de Nuria y las mías por lo que intentar meterte en la cabeza de la autora no siempre es fácil, pero conforme íbamos avanzando ambas nos íbamos familiarizando con la protagonista y las ilustraciones iban saliendo más rodadas”.
¿Y lo más satisfactorio? “Lo más satisfactorio es la sensación de tenerlo encuadernado entre tus manos y ver la cara de los niños cuando te piden que se lo firmes, o cuando te dicen que ellos también están haciendo su cuento de dibujos… sin duda el ver que un crío disfruta con el fruto de tu trabajo es lo mejor, sobretodo cuando has puesto tanto cariño”.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún nuevo proyecto de ilustración a la vista? “Pues yo en realidad soy publicista y diseñadora gráfica, la ilustración me apasiona desde niña y me encantaría seguir trabajando en este tipo de proyectos, pero actualmente me centro en mi trabajo como responsable de arte en una agencia de publicidad. Sigo formándome en el ámbito de la ilustración (hace poco hice un curso con Benjamin Lacombe, un gran referente a nivel mundial) así que si surgen más proyectos de ilustración, bienvenidos serán siempre”.