«¿Por qué lloramos?», pregunta Mario a su madre. Y ella le habla de nubes, del mar, de piedras, de cofres y de muros. Un poético álbum ilustrado que nos recuerda que las lágrimas nos riegan muy lentamente y nos ayudan a crecer, nos calman y son un bálsamo para las heridas. Y que todos lloramos: niñas y niños, pequeños y grandes, altos y bajos… Así nos presenta Akiara Books este álbum ilustrado de Fran Pintadera y Ana Sender. Con ésta última charlamos sobre este proyecto.

Ana Sender

¿Cómo nace este proyecto? Ana Sender: “Inês, editora de Akiara contactó conmigo. Tenía un texto escrito por Fran Pintadera y los dos pensaron en mí para ilustrarlo”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “En el libro, Mario le pregunta a su madre por qué lloramos, ella intenta responderle lo mejor que puede con diferentes ejemplos, son respuestas poéticas, imaginativas, con las que cualquiera se puede sentir identificado”.

¿Qué te pareció la historia de Fran la primera vez que llegó a tus manos? “Me gustó mucho su manera de abordar el tema, sin tratar de simplificarlo, encorsetar o etiquetar las emociones, más bien creo que les da amplitud y te hace sentir que todo es válido y lleno de matices -asegura Ana Sender-. Me daba mucha libertad como ilustradora, es un texto muy poco descriptivo, enseguida me vinieron imágenes a la mente y pude llevarlo a un terreno muy personal”.

De las razones por las que lloramos que se recogen en este precioso libro, además de la última, ¿cuál te llamó más la atención o te gusta más cómo lo refleja Fran? “Me identifico con todas, pero quizás me quedaría con la página donde dice: “A menudo lloramos al chocarnos contra un muro. Esos días, más que el golpe, nos duele la altura de las paredes.”

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? “Como te comentaba antes, el texto me permitió llevar la ilustración a un terreno muy personal. Con otros proyectos siento que lucho hasta conseguir un resultado satisfactorio, en este caso todo fluyó y creo que eso se refleja en las ilustraciones, para mí tienen frescura, aunque quizás sea algo que solo yo percibo”, afirma Ana Sender.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajé principalmente con Photoshop. Primero hice unos pequeños bocetos a lápiz, muy poco definidos y a partir de ahí fui creando más detalle sobre cada original. Trabajar digitalmente me da más libertad para equivocarme, aunque para otros proyectos he preferido otras técnicas analógicas donde queda más evidencia del “error”. Depende mucho de lo que me pida cada historia”.

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Fue un proceso bastante fluido. Después de leer el texto, la primera cuestión para mí era de qué manera representar las escenas, ya que se trata de ideas abstractas. Pensé en la madre de Mario, intentando recordar cómo era tener la edad de su hijo, cómo se sentía y por qué lloraba cuando lloraba, y decidí explicar la historia a través de ella como niña. Pensar en una madre me llevó a la mía y a la trenza larga que la caracteriza, así que le hice un pequeño homenaje”.

“Tanto Fran como la editora, Inês, confiaron plenamente en mi criterio y eso facilitó mucho las cosas -continúa Ana Sender-. Tan solo sugirieron algunos cambios, como por ejemplo la cubierta, que yo había planteado totalmente diferente. Creo que ganamos con el cambio”.

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “Que no siempre el proceso tiene que ser una dura lucha. También a explicar más con menos elementos, es algo que suelo hacer en mis bocetos y me funciona, pero al pasar a la ilustración final tiendo a incluir muchos detalles y a veces pierdo la esencia. Creo que es una cuestión de inseguridad que ha ido mejorando con el tiempo”.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Acabo de tener una hija, es alucinante, pero me deja poco tiempo por ahora. Aún así, no sé ni cómo, pero he conseguido terminar un proyecto muy importante para mí que empecé durante el embarazo, he ilustrado un cuento de una de mis escritoras preferidas de fantasía, Kelly Link. Se llama ‘El divorcio de la gata blanca’ y saldrá en Abril publicado por Avenauta. Es un sueño. Tengo algunos proyectos más previstos para este año y el siguiente, entre ellos ilustrar otro texto precioso de Fran Pintadera, también para Akiara. También me gustaría retomar algunas historias propias, es algo que echo de menos”.