Murcia, 2009. Juli, una universitaria perdida y sin motivaciones, acaba de ser contratada en una fábrica donde predominan el color cemento y el olor a melocotón. Allí conocerá a un variopinto grupo de compañeras y compañeros de trabajo con quienes establecerá una profunda relación de amistad; sobre todo con Rita, de mediana edad, y con Paqui, a punto de jubilarse. Así nos presenta Andana GráficaTemporada de melocotones‘, una novela gráfica sobre la precariedad y sobre el actual mundo laboral, que nos muestra a tres generaciones de mujeres distintas que se reúnen, cada mañana a las once, para comerse un bocadillo (que nadie le quite el chorizo a Paqui, en serio) y charlar de sus inquietudes, de sus miedos, de sus diferencias y de sus similitudes. Todo esto mientras contemplan, embelesadas, el campo de melocotones que se extiende detrás de la fábrica de conservas. Un trabajo de Alba Flores y Ángel Abellán que obtuvo el III Premio València de Novela Gráfica. Nosotros hemos charlado un poquito más con Alba sobre este trabajo.

¿Cómo nace este proyecto? Alba Flores: “La historia surgió mucho antes de que llegara a mí. Ángel Abellán (guionista) trabajó un verano en una fábrica de melocotones, y entre sus vivencias e historias familiares sobre trabajar en las fábricas, comenzó a elaborar la idea. A finales de 2018, ambos ganamos el concurso CreaMurcia en la categoría de cómic y estaba convencido de que “Temporada de melocotones” era una buena opción para emprender un nuevo proyecto juntos. Me insistió para que leyera la historia, y realmente me gustó mucho. A partir de ahí, empecé a generar ideas y bocetos”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán una historia humana. Sus protagonistas nos acercan al trabajo duro de las fábricas. Tres mujeres que siendo de edades diferentes pueden estar en el mismo lugar y percibir la situación de forma distinta. Sus conversaciones y encuentros las hacen crecer y distinguir qué es lo realmente importante”.

Alba Flores

¿Cómo ves la novela gráfica como recurso o herramienta para abordar temas como los que tratáis en este proyecto? “Es un medio muy interesante -segura Alba Flores-. La novela gráfica por ser extensa, permite sumergirse en historias más complejas. Por ello, nos permitió hilar sin problema las tres historias y poder saltar de una a otra de manera coherente”.

¿Qué fue lo más difícil en este proyecto? “El comienzo. Sin duda, cuando te enfrentas a algo por primera vez no sabes muy bien qué recursos son necesarios o que será mejor visualmente para el proyecto. Una vez que haces un estudio, defines personajes y tienes claro el estilo que acompañará a la historia, todo lo demás es sencillo”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “Son expresivas. Quería que el carácter, los gestos y las emociones de los personajes fuesen lo más importante de las viñetas”, nos cuenta Alba Flores.

¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? “La novela habla de un mundo poco conocido, las fábricas, los trabajos duros del campo. Lo más interesante es que lo hace desde el costumbrismo, el humor y la emoción de los personajes. Los personajes que hemos creado son únicos”.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Para este proyecto, realicé las páginas con grafito, definiendo bien con lápiz y posteriormente digitalicé para darle tonalidades y texturas terrosas y anaranjadas proporcionando un aspecto un tanto sucio, indefinido -continúa Alba Flores-. Queríamos simular las “texturas del campo, de la tierra, de las fábricas, transmitir con el dibujo lo vivido en esos trabajos.

¿Cómo fue el trabajo con Ángel? Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Trabajar con Ángel siempre es una aventura. Me pasó el guión y me dio total libertad para que hiciera lo que quisiera. Hice unos bocetos y sabiendo la metodología a seguir, le dije cómo elaboraría las páginas. Nos llevamos genial, pero siempre hay cambios (sobretodo en último momento que te desquician un poco jaja) y cosas que no encajan que hay que discutir sanamente para hacer que el proyecto funcione”.

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? “A planificar un libro con mucho contenido. Hasta el momento había planteado proyectos de álbum ilustrado, cómics de pocas páginas pero una novela gráfica era todo un reto. He aprendido a organizar todas las fases de trabajo, a definir los personajes. Este proyecto me ha servido para observar mucho las imágenes que consumimos diariamente, analizando todo con detalle”.

¿En qué estás trabajando ahora? “En estos momentos he retomado algunos proyectos de patterns ilustrados que dejé aparcados cuando nos dedicamos de lleno a elaborar el libro, tras ser nombrados ganadores del Premio Valencia (Institució Alfons el Magnànim). También Ángel y yo, estamos recogiendo datos y documentándonos para el planteamiento de una nueva novela gráfica”.